“Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser, y ayúdalas a convertirse en lo que son capaces de ser.” Goethe

martes, 19 de enero de 2010

Hilos de Amor



..................El Hilo de Hada que todos tenemos sirve para guiar el corazón (entre otras cosas) si nos dejamos llevar por él.

Así fue, como de entre los miles de libros que tenía delante, opté por este para hacer un regalo. Antes de envolverlo de ilusión y escribir una dedicatoria; empecé a leer, a ver de qué iba. Acabó siendo un regalo para el mismo que lo compró…

Confieso que me he enamorado de su historia; de sus historias. Ya que cuenta varias, unidas todas por ese sentimiento tan deseado; definido por una palabra, gastada a lo largo de los siglos de tanto usarla sin sentirlo: Amor.

Dejo aquí un hilo de magia por si alguien que pase por aquí, le apetece tirar de una historia que te engancha a otra, y a otra, y a otra…


“......................Al verla descender del jaguar, sus dedos empezaron a acariciar el piano vestidos de Tristesse. Los acartonados ojos de Soledad se despertaron del castigo rompiendo candados impuestos, clavando sus últimas negruras, chorreantes de diamantes tallados, en los ojos marítimos de su pianista de olas. Sólo un segundo, pero Joan los inmortalizó en su alma. Las lágrimas y el piano los unían.

Las notas angustiadas empezaron a aletear locas hasta convertirse en diminutas cometas que volaban libres, sin piola, alrededor de Soledad, envolviéndola en delicados giros. Eran el fa, el do, el sol, el re, el la, el mi y el si, multiplicándose ; todas acercándose a ella, tocándola, besándola, amándola, embistiéndola… en un andante majestuoso… en un alegro vivace… en un largo apasionato… hasta poseerla entera de amor. Joan acababa de hacerle el amor con su música.

Los dedos no lo habían obedecido, y la sonata de Chopin se había convertido en rabia, el dolor, la ausencia adelantada y el amor contrariado en una tromba sinfónica de pieles tocadas, invisibles, que habían unido sus almas delante de todos. Los labios de Soledad se abrieron, dejando escapar un delicado quejido azul que dio nacimiento a un viento nuevo. De pronto, alrededor de ella, brisa y cometas eran una; un bello torbellino de colores que terminó empujando, contra su voluntad, a Benjamín Urdaneta de un solo golpe al interior del transatlántico; Pubenza y Soledad Mallarino acabaron rendidas a los pies de la niña de aire, que ahora poseía la fuerza de los vientos y del amor recién estrenado.

Una cometa blanca como un cisne empezó a elevarse en el cielo, empujada por aquel viento azul. En su templada piola corría un sobre rojo aupado por el viento, recto al cielo, buscando con su mensaje pintar de amor las nubes.

El barco zarpó con Soledad mientras el piano seguía batiendo pañuelos de adiós en sinfonías.

Soledad siguió escuchando durante toda la travesía el infinito piano de Joan Dolgut. La cometa fue custodiando su viaje enredada en la bandera americana del barco, con el sobre pegado a su piola, hasta que soledad lo había hecho caer con un golpe de aliento y se lo había guardado en su corpiño durante el resto del viaje. Con su padre había implantado la veda de palabra.

Cuando llegaron a New York empezó la guerra. En Europa la segunda guerra mundial. En la familia Urdaneta Mallarino, la guerra entre padre e hija…”
Lo puedes leer aquí

1 comentario:

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

No hay mejor regalo que el inesperado...por nosotros y para nosotros.

Saludos, Santa.


Mahatma Gandhi 1869-1948. Político y pensador indio

Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.

Carpe Diem