Foto de Rosana
Dos cíclopes
Me gusta jugar a los cíclopes contigo
después de mirar al sol amanecer.
Al pasear descalzo por la orilla de tu alma,
escucho las confidencias de tu marea baja,
salen como pus de una herida abierta.
Mi mano acaricia la tuya,
un viento balsámico,
con olor a tierra mojada por la lluvia.
Los ojos perdidos en el horizonte lejano,
un velero sin timón ni timonel.
Intento descubrir un camino
a tu bosque frondoso sin frontera.
En un instante se encuentran dos mundos,
dos galaxias infinitas, puras, libres; dos ojos.
Dos puertas hacia dos almas,
que abrimos de par en par,
y jugamos a entrar el uno en la otra,
y la otra en el uno.
Y nos fundimos como dos océanos
verde y marrón hasta desaparecer.
Dejamos un rastro de besos intensos,
una constelación de estrellas
dibujadas en la piel del otro,
Volamos en libertad
como dos pavesas rojas
en el fuego de los versos
de nuestra canción.
Santa 30-11-09
Me gusta jugar a los cíclopes contigo
después de mirar al sol amanecer.
Al pasear descalzo por la orilla de tu alma,
escucho las confidencias de tu marea baja,
salen como pus de una herida abierta.
Mi mano acaricia la tuya,
un viento balsámico,
con olor a tierra mojada por la lluvia.
Los ojos perdidos en el horizonte lejano,
un velero sin timón ni timonel.
Intento descubrir un camino
a tu bosque frondoso sin frontera.
En un instante se encuentran dos mundos,
dos galaxias infinitas, puras, libres; dos ojos.
Dos puertas hacia dos almas,
que abrimos de par en par,
y jugamos a entrar el uno en la otra,
y la otra en el uno.
Y nos fundimos como dos océanos
verde y marrón hasta desaparecer.
Dejamos un rastro de besos intensos,
una constelación de estrellas
dibujadas en la piel del otro,
Volamos en libertad
como dos pavesas rojas
en el fuego de los versos
de nuestra canción.
Santa 30-11-09
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