“Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser, y ayúdalas a convertirse en lo que son capaces de ser.” Goethe

miércoles, 10 de agosto de 2011

Danae

Gustave Klimt (1862-1918) óleo sobre lienzo (1907)77x83 cm
Colección particular, Graz (Austria)

La tarde muere envuelta en su tristeza.
Paisaje tierno para soñadoras,
miradas de mujer, explotadoras
de su melancolía en la belleza.

Danae apoya en sus manos la cabeza.
El ambiente que el sol último dora
es una leve, dulce y turbadora
caricia que la oprime con pereza.

Un pajarillo gris, desde una vana
rama, canta a la tarde lenta y rosa.
Oro de sol entra por la ventana.

y Danae, indiferente y ojerosa,
siente el alma transida de desgana
y se deja, pensando en otra cosa.

Ángel Gonzalez. (Oviedo, 1925 - Madrid, 2008)


                                Del amor entre Isabel de Osorio y Felipe II, nace este cuadro. Se cuenta que la posesiva y avejentada reina de Inglaterra, María Tudor, tenía celos de la mujer de ese cuadro. Felipe II pasaba largas horas con el rostro de su amada ( pintado por Tiziano) como Danae.

                                   Dánae era una bella joven hija de Eurídice (no la Eurídice que se desposó con Orfeo) y del rey de Argos llamado Acrisio. Éste había sido advertido en un oráculo que el bebé que concibiera su hija le causaría la muerte. Para evitarlo, Acrisio encerró a su hija en una gran torre con grandes puertas y candados de bronce.
                      Sin embargo, el gran dios Zeus se encaprichó de ella y, para poder acceder a la torre se transformó en fina lluvia de oro, atravesando con esta forma líquida los ladrillos de la construcción y tomándola carnalmente, lo que tuvo como resultado el embarazo de la joven. Otra versión de menor rango afirma que Zeus accedió al calabozo sobornando a los guardas con oro.
                    Cuando Acrisio se enteró, no creyó la versión narrada por su hija, y sabiendo que Preto, hermano gemelo de Acrisio y con el que venía luchando desde el seno materno, había sido pretendiente suyo, creyó que él se las había arreglado para entrar a la morada de su hija y allí la había poseido.
                     En todo caso, Acrisio tomó a su hija y al bebé una vez que hubo nacido -el propio Perseo- y los encerró en un arca arrojándolos después al mar, con la esperanza de que murieran. Sin embargo, ambos llegaron sanos y salvos a la isla de Sérifos, donde fueron recogidos por un pescador llamado Dictis. Tal suerte se obtuvo gracias a la ayuda de Zeus que mostró así su agradecimiento hacia la joven Dánae.
                    El pescador los llevó a presencia del rey Polidectes o Polidecto, que, desde entonces, trató a ambos con cortesía y respeto en un principio, pero que posteriormente, trató de seducir a Dánae, siendo ésta defendida por su hijo Perseo.

Alma

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Mahatma Gandhi 1869-1948. Político y pensador indio

Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.

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