“Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser, y ayúdalas a convertirse en lo que son capaces de ser.” Goethe

miércoles, 23 de febrero de 2011

'Las Primas' de Aurora Venturini


                              Otra vez, mi instinto lector me ha llevado a una pequeña joya: ‘Las Primas’ de Aurora Venturini.
              Esta autora argentina, va creando pequeños cuadros en el corazón del lector, para descubrir un gran lienzo según se avanza en su lectura.
             Tristemente desconocida para mi, su editorial es modesta y local. La obra fue la ganadora en 2007 con el Premio de Nueva Novela Página /12. Rescatada gracias a "Otras voces, otros ámbitos", que establece su transparencia desde unas bases estrictas: el galardón no tiene dotación económica pero elige entre las obras que hayan vendido menos de tres mil ejemplares, aquella que merezca una segunda oportunidad editorial. Este premio es en sí mismo un gesto acerca de la situación del sector, ahogado de obras condenadas a la invisibilidad, a morir sin llegar a su lector, sepultadas por la prisa.


                  La autora, de 85 años, es licenciada en psicología, viuda del historiador Fermín Chávez, amiga de Eva Perón, exiliada durante la llamada Revolución Libertadora, compañera de parranda de la troupe existencialista de Sartre, Camus y Simone de Beauvoir. Autora de más de treinta libros, incluidas novelas emparentadas con Las primas y trabajos críticos sobre poetas como Lautréamont, y  con una larga lista de premios en Argentina y en Europa. Pero lo más sorprendente es, la singularidad de su estilo, cargado a la vez de humor negro y candor.

Un fragmento de el primer capítulo:

                “Pero todo pasa en este mundo inmundo. Por eso no es lógico afligirse demasiado por nada ni por nadie. A veces pienso que somos un sueño o pesadilla cumplida día a día que en cualquier momento ya no será, ya no aparecerá en la pantalla del alma para atormentarnos.”

                  –Me atacó la fotofobia porque vivíamos encerrados trabajando en el Instituto de París. Pero sí, mucho descontrol. A la noche salíamos de juerga.
       Camus, por ejemplo, era un jodón. Natalie, la hija de Sartre, que cargaba con la desgracia de que le mataron a su novio judío, después se casó con Camus, tuvieron una nena. ¡Y el pernod! Aquí la Ley Palacios dijo basta. Pero allá no llegó la Ley Palacios.
       Tomábamos cantidades, a tal punto que nunca volví a tomar alcohol. Me acuerdo ahora de Juliette Greco con el pelo larguísimo cantando completamente desnuda a pesar del frío. Qué linda era. Éramos gente muy divertida. No hay libro más gracioso que La náusea, ¿o hay?-

           He de confesar, que  he robado el libro a la persona que se lo regalé por San Valentín; y que no lo pienso devolver hasta que lo termine ( cinco días…) que mala rima por cierto.

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Mahatma Gandhi 1869-1948. Político y pensador indio

Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.

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